Homenaje a Dian Fossey

Sara Ramos

Ayer se cumplían 82 años desde que la zoóloga y especialista en gorilas Dian Fossey llegó al mundo. Muchos ya lo sabrán porque Google decidió homenajearla con uno de sus famosos doodles. En Eco2 también hemos querido reconocer su trabajo de investigación y su estilo de vida.

Doodle de Google sobre Dian Fossey (16/01/14)

Doodle de Google sobre Dian Fossey (16/01/14)

Por extraño que parezca esta especialista en gorilas no estudió nada relacionado con la naturaleza, sino que se licenció en Terapia Ocupacional. Tan sólo después de conocer las investigaciones acerca de los gorilas de George Shaller se interesó por ellos y decidió viajar a África en 1963, dónde viajó por varios países y conoció y se relacionó con los arqueólogos Louis y Mary Leakey,  que incentivaron su reciente interés por los primates y le hablaron de Jane Goodall. Regresó a Kentuky, pero su interés por la vida de los gorilas continuaba en aumento y, después de aprender nociones básicas de swahili e informarse más en profundidad sobre los primates, regresó a África en 1966 para instalarse en las Montañas Virunga, en la zona del Congo; aunque poco después se trasladó a la de Ruanda, donde consiguió sus mayores logros.

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Dian Fossey. Imagen de Mary-Linn. Algunos derechos reservados.

Después de varios años de observación de los gorilas, comenzó a imitar su comportamiento y a adoptar ciertos hábitos de estos animales, hasta el punto de que fue aceptado por varios grupos de ellos; tanta fue su unión con estos animales que llegó a crear verdaderos vínculos afectivos con ellos y a conseguir identificar a cada uno de ellos cómo si se tratase de un igual. La primatóloga reconoció que sus trabajos previos con niños autistas le habían ayudado a acercarse a los animales.

Además de sus estudios sobre gorilas (gran parte de su trabajo se recoge en su libro «Gorilas en la niebla») Dian Fossey luchó activamente y sin descanso contra los cazadores furtivos que, entre otras especies, amenazaban a los gorilas que ella estudiaba. Ayudó a capturar a algunos de ellos, financió patrullas para su control y destruyó numerosísimas trampas puestas por los cazadores. Tan grande fue el impacto que tuvo su activismo contra los cazadores que éstos comenzaron a atacar a los gorilas que ella vigilaba y mataron a varios de ellos, entre los que se encontraba Digit, el gorila favorito de la primatóloga (lo que la llevó a crear la Fundación Digit para la prevención de la caza furtiva). Paulatinamente su trabajo se fue centrando más en intentar reducir la caza furtiva que en la investigación sobre los primates. Llegó a tener mucha importancia en este campo, e incluso se supone que fue un cazador furtivo quién acabó con su vida en 1985 (aunque en su momento se acusó a su compañero Wyne McGuire ).

Criticó en numerosas ocasiones a las diferentes organizaciones internacionales o de preservación de la naturaleza por su ineficacia en la preservación de hábitats, su cuidado a los animales o su ineptitud ante los cazadores furtivos. Fossey también se opuso al turismo masivo que comenzaba a florecer en esos años, no sólo porque podían dañar el hábitat de los gorilas, sino porque podían transmitirles enfermedades a los animales que sus cuerpos no estaban preparados para soportar; además, informó de que varios animales también podían cambiar su comportamiento natural a causa del turismo  que en ocasiones estaba impulsado por organizaciones conservacionistas con la intención de adoctrinar a la gente. No obstante, a día de hoy, la Fundación Dian Fossey ha aceptado que el turismo puede ser beneficioso para crear una comunidad local dedicada a la protección de los gorilas y de su hábitat.

Dian Fosssey, junto con Jane Goodall -con la que mantuvo una buena amistad- y Biruté Galdikas, forman el grupo conocido como Las Trimates. El ya mencionado Louis Leakey había estado observando a los primates  y sus hábitats y creó el «Tigoni Primate Research Center» que ayudó a estas tres mujeres, que el mismo Leakey apodó como Trimates. Fossey se especializó en gorilas africanos, Goodall en chimpacés en el mismo continente y Galdikas en orangutanes en Asia, concretamente en Malasia e Indonesia.