Denis Sinyakov: «Haber estado en prisión ha sido una gran experiencia para mi»

Sara Ramos

Denis Sinyakov. Foto de Greenpeace. Todos los derechos reservados

Denis Sinyakov. Foto de Dimitri Sharomov para Greenpeace. Todos los derechos reservados

Hace no mucho tiempo se supo que comenzaban a liberar a los conocidos Arctic 30. Hemos conseguido tener una amena charla con uno de ellos, Denis Sinyakov a través de Skype. Denis es el fotógrafo freelance que acompañó a los activistas de Greenpeace durante la travesía y que estuvo dos meses encarcelado en Murmansk.

Denis nació en Obninsk, cerca de Moscú. Desde hace más de diez años trabajó para compañías y empresas internacionales, así como para Reuters. No obstante, hace un par de años comenzó a ser un fotógrafo independiente para poder así centrarse en su propio proyecto sobre el Ártico.

¿Cuándo comenzaste a trabajar con Greenpeace?

Conozco Greenpeace desde 2005. He cubierto varios de sus eventos como personal de Reuter y ha tomado parte en alguna de sus expediciones, como a la península de Yamal en 2010, pero siempre como un fotógrafo. En 2012 me he convertido en un fotógrafo freelance y empecé a trabajar más frecuentemente con ellos.

¿Te pidió Greenpeace que te unieses a ellos en la expedición o fue tu idea?

Lo cierto es que yo siempre busco trabajos «agradables», es decir, que me gusten; me refiero trabajos con ONGs, y Greenpeace es una de ellas. Me propuse yo como fotógrafo y ellos aceptaros. Además, eso era parte de mi propia Historia del Ártico.

¿Tu propia Historia del Ártico? ¿Qué es eso?

He estado informándome sobre la historia del Ártico Ruso estos dos últimos años. He estado allí con Greenpeace, pero también con GazpromNeft e incluso solo.

¿Y al haber estado con Gazprom no hubo ninguna reticencia a dejarte entrar?

Para nada, todo fue perfecto. Todos sabían que yo era un periodista y que como tal tengo que conocer la información de ambas partes y ser objetivo. Es parte del periodismo.

¿Qué actividades se hacían desde Greenpeace para protestar mientras estabais en el barco?

Lo  mismo de siempre e intentaban protestar del mismo modo que el año anterior. Colgaban pancartas, atosigaban a barcos de petroleras que se encontraban por la zona… esas cosas. Pero de forma pacífica. Se puede encontrar mucha información detallada sobre esto en su página web.

¿Cómo eran las relaciones con el Gobierno Ruso antes de la incautación?

Yo no tenía ningún tipo de relación con el Gobierno Ruso; en cuanto a Greenpeace, hasta donde yo sé, tenía una relación bastante agradable con la autoridad, al menos hasta que comenzaron los problemas. Si había algún tipo de tensión previa yo no había oído acerca de ellas. La incautación del barco me sorprendió mucho, fueron muy radicales y para nada lo esperaba.

¿Qué ocurrió el día de la incautación?

Ooh, no sé si conseguiré describirlo bien en inglés. Bien, descendieron de un helicóptero como doce hombres armados y se hicieron con el barco. Incluso hubo disparos al aire. Al principio no entendía muy bien qué pasaba; se nos reunió a todos en una zona y tuvimos que esperar allí doce horas antes de que se nos permitiese volver a nuestros camarotes y sollados para dormir.

Pasamos cinco días siendo remolcados por los guardacostas hasta Murmansk y allí estuvimos arrestados. Podéis ver el vídeo de la incautación, refleja muy bien lo que estoy diciendo.

¿Cuánto tiempo estuvisteis arrestados?

Dos meses. Lo cierto es que no me arrepiento de haber estado en prisión; fue una nueva experiencia y me ayudó a darme cuenta de muchas cosas, a apreciar más a mis verdaderos amigos y a darme cuenta de cómo es la Rusia actual en realidad. Además, tuve tiempo de leer mucho y de aprender muchas cosas interesantes… ¡incluso cogí varios libros de piratas!

¿Cómo te sentiste? ¿Tuviste miedo?

No, no era miedo, era sorpresa más que otra cosa.

Tú eras un fotógrafo freelance, ¿os acusaron a todos de lo mismo?

Si, efectivamente, no hicieron distinciones.

Al principio os acusaron de piratería y luego cambiaron la acusación, ¿qué explicación os dieron?

Lo cierto es que no nos dieron ninguna. En Rusia no tienen por qué hacerlo.

¿Cómo os trataron durante vuestra estancia en prisión?

Fatal. Las celdas eran pequeñas y muy frías y la comida era muy mala. No obstante lo que peor me sentó fue el modo en el que nos trataron. Para ellos éramos culpables antes de que el juez hubiese dicho nada y parecíamos auténticos criminales. Nos sentimos bastante impotentes ante esta situación.

¿Teníais información sobre el resto del mundo o estábais aislados?

Teníamos información aunque no toda la que queríamos. No estabámos aislados, pero, por ejemplo el único periódico que nos ofrecían era local y sólo lo había dos veces por semana. Además, podían venir a visitarnos. Mi mujer vino muchas veces y, aunque yo al principio prefería mantenerla al margen, me alegraba el día poder verla.

¿Te arrepientes de haber tomado parte en esta expedición?

Para nada. Ni siquiera me arrepiento de haber estado en prisión, ha sido una gran experiencia para mí y la recordaré para siempre, pero está claro que se vive mejor en un hotel. Me sentí muy agradecido cuando cambiaron los cargos de piratería a vandalismo, porque las penas son más bajas. Esto es Rusia y no todo gira en torno a la justicia, por lo que podría haber llegado a estar diez años en prisión.

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– #Freethearctic30

La ineficacia de la Conferencia de Varsovia

Sara Ramos

Ayer las principales organizaciones no gubernamentales presentes en la Conferencia del Clima de Varsovia -COP19 -anunciaron su retirada del mismo, porque este está estancado. Las trece ONGs han presentado un documento en el qeu se quejan de la pantomima que les parece la amentada reunión; lo han firmado Aksyon Klima Pilipinas, ActionAid, Bolivian Platform on Climate Change, Construyendo Puentes (Latinoamérica), Friends of the Earth (Europa), Greenpeace, Ibon International, International Trade Union Confederation, LDC Watch, Oxfam International, Pan African Climate Justice Alliance, Peoples’ Movement on Climate Change (Filipinas) y WWF.

Defienden que en vez de aunar esfuerzos para la transición hacia un futuro sostenible, muchos de los países ricos están socavando la Convención y ralentizando las victorias que pueda alcanzar en beneficio de sus propios intereses. Añaden, además, que la Conferencia «ha puesto los intereses de las industrias energéticas contaminantes por encima de los ciudadanos del mundo» y que el rechazo de Japón y Canadá a los compromisos de reducción de emisiones, junto con que Australia también era reacia a aceptarlos tiraron por tierra la seriedad del grupo y de los posibles acuerdos que pudiesen alcanzar.

Se quejan de la ineficacia de la Conferencia que no ha llegado a ningún avance significativo y que a eso se le une la tragedia de Filipinas, causada por un elemento del clima, y que ha sido el elemento definitivo que los ha convencido para tomar la decisión de retirarse. No obstante siguen dispuestos a colaborar con los gobiernos y las delegaciones que realmente quieran actuar en contra del rápido incremento del cambio climático y que tengan buenas intenciones. No han dejado de actuar en ningún momento, sino todo lo contrario, se han centrado en ayudar a la gente que se moviliza para presionar a sus gobernantes a que verdaderamente actúen.

Salida de las ONGs de la sede de la Conferencia.
Fotografía de Adopt a negotiatior. Algunos derechos reservados

Por si el manifiesto de las ONGs no fuese suficiente para demostrar la inefectividad de la cumbre, otros hechos significativos se produjeron a lo largo de esta semana. El miércoles Brasil, India y China, junto con otros 75 países en desarrollo se han levantado de la mesa de negociaciones porque no se cumplen los objetivos de aportar ayudas a los países que más sufren los efectos del cambio climático y las catástrofes naturales. En relación a esto hay que añadir que el representante filipino en la cumbre, Naderev Yeb Saño lleva ya una semana en huelga de hambre para hacer real la nueva idea de ayudas a los países en caso de catástrofe, idea que Estados Unidos, Australia y la Unión Europea quiere posponer dos años, hasta la Cumbre del Clima de París. Por si esto no fuese suficiente, en plena Cumbre se ha producido el cese del ministro de Medio Ambiente polaco, que a su vez era el presidente de la Cumbre, Marcin Korolec, lo que para muchos supone una gran falta de respeto y de refleja la inexistencia de seriedad.

Un paseo por BioCultura 2013

Sara Ramos López y Virginia Villaplana
Fotografías de Virginia Villaplana

La vigésimonovena muestra de BioCultura, la feria ecológica más importante de España, abrió sus puertas en IFEMA el pasado 14 de noviembre. Las entradas tenían un precio de 6€ para los adultos, 3€ para los parados, jubilados o quienes dispusieran de carnet joven, y gratuita para los niños, quienes podían disfrutar de Mamaterra, el festival dirigido especialmente a la infancia, o de Títeres Sol y Tierra, un teatro para la educación ambiental. Los adultos más concienciados con el medio ambiente tuvieron la posibilidad de pasear por los 800 expositores que ofrecían productos ecológicos: desde una enorme cantidad de alimentos procedentes de agricultura ecológica como quesos, vinos, hortalizas o mermeladas, hasta cosméticos naturales, textil, decoración, pinturas ecológicas, terapias alternativas, técnicas e instrumentos de meditación, o incluso masajes o talleres musicales. También había una zona dedicada a las ONGs preocupadas por el medio ambiente: WWF, Greenpeace, Ecologistas sin fronteras y un largo etcétera.

Quien llegara al pabellón 9 de BioCultura el sábado 16 a las dos de la tarde, seguramente se contagiase del apetito que reinaba entre los asistentes a la feria. Pero no era difícil encontrar un plato de arroz con verdura con el que probar el resultado del cultivo ecológico, una pizza con ingredientes naturales, o una amplia selección de platos vegetarianos y veganos para los mayores amantes del verde. No obstante, también había productos de origen animal, pero sólo de aquellos que hubiesen sido criados y alimentados de forma natural y ecológica.

Abundaban los puestos con diferentes tipos de pan, todos ellos con carteles sobre su elaboración ecológica. También se podían ver otros apetitosos productos como queso de cabra, o infinidad de verduras y hortalizas con una pinta estupenda. Llamaban la atención por su originalidad los productos de algunos expositores, como es el caso de esta mermelada de calabacín con vainilla, o el chocolate de algarroba con nueces o de chilli picante. Pero si algo merece su mención son las riquísimas mermeladas naturales que se podían probar en una mini-tostada. Había seis sabores diferentes, pero el aspecto de la mermelada de fresa no dejaba otra opción más que probarla.

Además del terreno alimenticio, los participantes en la feria BioCultura trajeron sus creaciones naturales también en cosmética. La vendedora de Fitofarm nos contaba las características de sus productos: “hago una cosmética natural, con ingredientes procedentes de la agricultura ecológica. Los aceites, extractos y conservantes que utilizo son orgánicos”. Sin embargo, los productos carecían de certificado, “Llevo 25 años haciendo de manera artesanal el proyecto, con unas producciones pequeñas y de venta directa para evitar intermediarios. Y también he decidido no certificar el producto porque mi objetivo es dar una cosmética natural y una calidad muy buena a un precio razonable, y la certificación supone aumentar el precio.” También se podía ver textil ecológico. Anunciaban sus productos como elaborados con tinta ecológica y algodón orgánico. Sin embargo, fue una decepción no encontrar la certificación de “algodón orgánico”, sino la de “100% algodón”.

Pero no todo se centraba en la compraventa de productos ecológicos. Conciertos, charlas, presentaciones de libros, clases gratuitas e incluso talleres de cocina se alternaban en las diferentes salas adjuntas al pabellón y en la zona de Show Cooking. Esta última zona, destinada exclusivamente a actividades de cocina, fue, sin lugar a dudas, una de las más concurridas y populares, siempre que se presentaba allí una actividad la gente se arremolinaba a su alrededor. Esto ocurrió, por ejemplo, en las muestras de productos ecológicos de diversas Comunidades Autónomas el primer día de la feria o con el vino de naranjas ecológicos presentado por Guillermo Antelo y Naranjas Ché el sábado.

También se ofrecían cursos de manera gratuita de muy diversos temas: cómo hacer crecer tu huerto ecológico, otro de venta de cosmética natural y otro más de iniciación al yoga. En resumen, durante los cuatro días que duró la feria, se pudo disfrutar de numerosísimas actividades relacionadas con el consumo responsable y los productos ecológicos que no se pueden recoger aquí. Charlas con creadores de iniciativas ecológicas, como Gema Gómez, fundadora de Slow Fashion España o presentaciones de libros, uno de los cuales fue Los aditivos, ¿venenos necesarios? de Sofía Pencef, que remató con un animado coloquio; también es reseñable la charla de Carolina Punset, entrevistada en este medio, acerca de sus proyectos en Altea.

Se podía disfrutar además de actividades culturales, principalmente conciertos y pase de documentales. Una feria para todos los gustos, que satisfizo las necesidades y las preferencias de todos para pasar una agradable tarde y volver a casa con muchos conocimientos nuevos y un sinfín de productos ecológicos con los que llenar su despensa.

 

La ropa y tu salud

Virginia Villaplana

La medicina se esfuerza por avanzar en la cura de enfermedades cada vez más comunes en nuestro siglo, como son las alergias, el cáncer o los trastornos del sistema reproductor. Mientras tanto, las investigaciones científicas están apuntando hacia los tóxicos utilizados en la industria textil como uno de los grandes causantes de estas nuevas enfermedades. Sin embargo, el poder de la publicidad en el terreno de la moda dificulta la lucha contra esas sustancias nocivas.

Campaña Detox de Greenpeace

Campaña Detox de Greenpeace

Las empresas dedicadas a la producción de ropa –y todas las empresas, en general- tienen como meta el abaratamiento de costes para aumentar sus beneficios. Para lograrlo, muchas compañías optaron por abaratar costes de mano de obra contratando bajo condiciones muy precarias a trabajadores -y niños, en muchas ocasiones- de países tercermundistas. Otra manera de ahorrar costes consistió en el uso de pesticidas que acabasen con las plagas que suelen amenazar al monocultivo de algodón. Los compuestos de estos plaguicidas y fertilizantes químicos se quedan en el suelo, agua y aire y pueden llegar a ser altamente cancerígenos para el ser humano. Y además de esto, la producción de ropa va acompañada del posterior proceso de tintado, o la incorporación de materiales como el caucho, PVC y otros compuestos químicos para un acabado anti-manchas, también presentes en detergentes, que pueden ser cancerígenos, tóxicos para el sistema inmunológico, causar alergias, alterar el desarrollo humano o los procesos reproductivos. Investigaciones de Greenpeace llegan a descubrir en nuestra sangre hasta 300 sustancias químicas sintéticas que no tenían nuestros abuelos.

algodón orgánico Tajikistán- Foto de UNDP

algodón orgánico Tajikistán- Foto de UNDP

Es difícil controlar una industria tan amplia y extendida, pero existen alternativas de cultivo y producción industrial del textil. Se trata del algodón orgánicocuyo crecimiento es natural (respeta los tres años de barbecho que permiten desintoxicar la tierra), sin pesticidas ni fertilizantes químicos, y no utiliza después tintes tóxicos. Con este modo de cultivo además de evitar la contaminación del agua, se ahorra hasta un 25% de la utilizada, ya que permite mayor retención. Las prendas confeccionadas mediante este proceso cuentan con un certificado que las acredita como tal.

 Antes, los costes de producción unitaria de algodón orgánico eran elevados para las empresas, pero a medida que la demanda ha ido aumentando y las grandes marcas se han interesado en este tipo de producción, ha sido más fácil el acceso y de este modo, los costes unitarios han descendido. No obstante, a pesar del auge de los últimos años, el volumen de fibra orgánica que se vende en el mercado internacional apenas representa el 0,09% de los 24,8 millones de toneladas de fibra de algodón que se venden en todo el mundo, según los estudios del Centro de Comercio Internacional.

¿Qué hacer ante este problema?

Greenpeace lanzó la campaña DETOX en la que denuncia el uso de tóxicos por parte de las multinacionales y las presiona para que eliminen esas sustancias de su cadena de producción. Empresas como Zara, Mango, Esprit, Levi’s, Benetton, Uniqlo, Adidas, Puma, Nike, Marks & Spencer, H&M, C&A y Li-Ning, ya se han comprometido a eliminar las sustancias tóxicas para 2020, y la organización ecologista continúa presionando a otras empresas como GAP.

La principal forma de actuar es mediante el consumo, pues existen empresas dedicadas a comercializar ropa ecológica elaborada con algodón orgánico, como es el caso de las tiendas online Ecotendencia o Bichobichejo, o el de Biubuu, especializada en ropa infantil. Y especialmente, es muy recomendable mirar las etiquetas de lo que nos ponemos, procurando que el certificado de algodón orgánico esté siempre presente.

#FreeTheArctic30

Sara Ramos

Greenpeace publicó para ayer, 24 de octubre, una acción bloguera a favor de los ya conocidos como Arctic30, es decir, para apoyar a la treintena de activistas detenidos en el Ártico. En su página web han colgado treinta cosas que se pueden hacer para mostrar desacuerdo frente a las acusaciones hacia los activistas  y ésta es tan solo una de ellas. Han llevado a cabo esta acción debido a la abrumadora cantidad de apoyo que están recibiendo a través de numerosos y diferentes medios.

A lo largo del día de ayer miles de blogueros, microblogueros, twitteros, instagramers, facebookeros y resto fauna de la red han mostrado su apoyo bajo el hashtag #FreeTheArctic30 a lo largo de todo el globo. En España, incluso han secundado esta iniciativa blogs de los grandes medios, como puede ser el de Gonzalo Fanjul en El País. No sólo aquellas plataformas cuyo interés fundamental es la ecología se han hecho eco de esta empresa, sino que gente con todo tipo de blogs ha puesto su granito de arena, desde algunos personales, como Malalua hasta otros aún más alejados, como este sobre manicura, que también se ha sumado.

Greenpeace, con su cuenta de Twitter ha retuietado a algunas de las personas que se han unido a esta protesta pacífica, sin embargo la acción fue mucho mayor de lo que puede plasmar su página, y aún hoy, el día después, siguen apareciendo tuits continuamente bajo ese hashtag. Incluso el partido político Equo, principalmente conocido por su preocupación por el medio ambiente, se ha sumado a la protesta:

La organización ecologista no sólo se ha centrado en esta acción, sino que da a sus lectores 30 ideas para liberar a los 30 activistas del ártico que van desde escribir una carta a la Embajada Rusa o a los diputados para pedir su liberación, hasta escribir una canción sobre ellos, pasando por otras opciones como imprimir pancartas, crear carteles o añadir un twibbon en tu foto de perfil. Continuamente Greenpeace está llevando a cabo acciones, como una proyección sobre la fachada de la Alhambra el pasado 17 de octubre. Su última idea consiste en hacer que los ciudadanos se sientan más identificados con los supuestos “vándalos”  a través de la iniciativa ¿Quieres ponerte en la piel de los activistas de Greenpeace detenidos?”, que consiste en que durante octubre y noviembre se instalará en varias ciudades una réplica de la celda en la que están retenidos, para que todo aquel que quiera pueda entrar en ella y poder sentir, aunque sea de manera ínfima, lo que ellos sienten.

Por último, ha abierto una plataforma para firmar a favor de la libertad de estas 30 personas, que no hicieron otra cosa que protestar pacíficamente. Aquí puedes unirte a la protesta.